Recorriendo Tailandia: Santuario de elefantes

¿Han visto que mucha gente sueña desde niño con ir a Europa? Ver la Torre Eiffel o quizás la Torre de Pisa? Mi caso es el mismo, sólo que en vez de Europa, soñaba con ir al Sudeste Asiático, probar la comida callejera, ver paisajes hermosos y experimentar más de la cultura y sencillez de Asia. Desde que me vine a vivir a Corea que había querido irme de viaje pero por una parte tenía ganas de ir de visita a Chile a ver a mi familia, y por otra parte quería ir al Sudeste con alguien bacán y apañador que lo fuera a disfrutar tanto como yo, y que también estuviera dispuesto a viajar como me gusta: aperrando. Al fin el momento ideal llegó y mi mejor amigo vino a Corea y planeamos un viaje express pero intenso. A mi me gusta viajar lento (por eso viaje por Japón por 3 meses), pero mi amigo no disponía de tanto tiempo, así que yo me propuse sacarle el máximo jugo posible a las semanas que teníamos y nos cree un itinerario de la muerte 🤣.

Ya que veníamos desde Corea, yo planeé todo el viaje usando Tailandia como base de operaciones 😆. Bangkok tienen 2 de los aeropuertos internacionales con más flujo de vuelos por el Sudeste, así que sería más fácil movernos desde ahí. No les voy a hablar mucho de mi recorrido por Bangkok o Ayutthaya, que sin duda fueron lugares que amé, pero la Cynthya ya les contó acerca de estos lugares en los siguientes posts: 1, 2, 3. Así que voy a hablarles de una de las experiencias más inolvidables que he tenido: visitar un santuario de elefantes.

Desde que pensé en ir a Tailandia me decidí a ir a un Santuario de elefantes. Me acordé de la Cynthya y su trauma viendo abuso animal por Asia, así que me puse seria y de cabeza a investigar. Mi visión es clara, hay que optar por un turismo responsable y el problema con los santuarios de elefantes es que hay muchísimos chantas (falsos) que se aprovechan del boom del «pseudo turismo ético». Les juro que leí cientos y miles de reviews de distintos Santuarios, poniendo harto énfasis en leer los comentarios malos, de aquellas personas que vieron algo extraño. Hay ciertos puntos en que la mayoría coincide: 1. montar elefantes, sea como sea, es un absoluto no. La montura y/o el peso es dañino para la columna de los elefantes. 2. Hay que ver cómo los cuidadores interactúan con los elefantes. Los maltratan? Les entierran algo para que se muevan o le hagan gracias a los turistas? 3. Hay que entender que de todas formas es un negocio y esto es un punto importante del por qué yo visité un santuario y se los voy a explicar más a continuación.

Los elefantes a pesar de ser animales íconos del budismo en Tailandia, la verdad es que han sido explotados bastante, ya sea como animales de carga o como atractivo turístico. De ser cerca de 100.000 especies domesticadas, pasaron a ser menos de 3.000 en 30 años. El gobierno prohibió su uso para la industria maderera, pero aún se viven muchos abusos. Yo misma vi un lugar donde los tenía en pésimas condiciones, encadenados, con heridas y los usaban para montar turistas. Otros tantos lugares los usan con fines turísticos, los mantienen encadenados solos y sin interactuar con otros elefantes. Hay muchas personas que tienen la convicción de que los animales no deberían estar en cautiverio, pero en Tailandia partimos desde la base de que estos animales no han estado en hábitat salvaje y no han desarrollado sus habilidades naturales para sobrevivir en la vida salvaje. En los santuarios, se supone que los elefantes son rescatados de industrias abusivas y son llevados a estos lugares para mantenerlos en mejores condiciones. Pero sí, hay que mantener en mente que los santuarios siguen siendo un negocio. Y no porque sea un negocio significa que están abusando de los animales, de ahí viene la idea del turismo ético y responsable. Tenemos que ir sabiendo eso. Donde sea que vayan, necesitan recaudar mucho dinero porque mantener un elefante es carísmo. ¡Entre 40.000 y 80.000 dólares al mes! Por eso que yo aún prefiero apoyar este tipo de iniciativas que van a poder mantener bien a los elefantes.

En mi caso, fui a un santuario en Pattaya, relativamente cerca de Bangkok. La mayoría de los santuarios está en Chiang Mai, al norte del país, y por lo mismo preferí no ir ahí, sobretodo porque leí muchos casos de santuarios que «compartían» elefantes y que les vendían por la mañana a un grupo de turistas turismo responsable y luego usaban los mismos elefantes en otros santuarios para montarlos. La verdad es que la línea es muy delgada y es muy difícil saber si lo que estás experimentando es real. Otro factor importante es que tenían pocos elefantes y la mayoría de ellos eran «elefantes abuelitas». Lo cual al menos me dejaba tranquila de no estar apoyando la captura de elefantes bebes desde Myanmar.

Yo visité el Elephant Jungle Sanctuary de Pattaya. Los elefantes se veían en muy buenas condiciones. Los alimentamos, caminamos con ellos, los vimos bañarse en el barro, luego nos metimos con ellos y también luego en un lago. Yo estuve todo el rato muy pendiente de ver que los cuidadores no los maltrataran (enterrarles algo para hacerlos hacer gracias) y en general ver cómo interactuaban con ellos. Al menos yo vi un trato muy suave, sólo los movían con palmaditas. También me gustó mucho que al iniciar nos dijeron que todo se hacía al ritmo de los elefantes, si ellos querían estar toda la tarde en el barro, había que respetarlo porque no iban a obligarlos a hacer nada. Además, también me gustó mucho la idea de que si participábamos en el baño, fuera uno de barro, porque así realmente les sirve a ellos. Los elefantes usan el barro ya sea para proteger su piel del sol, regular su temperatura y protegerse de los bichos.

La verdad es que estuve todo el tiempo viendo si había algo raro, pero al menos yo no pude notar nada extraño. PERO, no puedo decirles si este lugar es 100% real y ético. Por eso les aconsejaría hacer su propia investigación antes de decidir a dónde ir.

Después de haber tenido todo eso en cuenta, puedo decirles que fue una experiencia demasiado hermosa. Es que los elefantes son criaturas tan lindas y no puedo entender cómo pueden abusar de ellos. Tenía la imagen de que podían ser animales muy peligrosos, pero al mismo tiempo me parecieron tan vulnerables. Sólo espero que mejoren las condiciones de estos santuarios para que realmente todos ellos se creen con misión de mantener a los elefantes en buenas condiciones. En general, para mi todo el viaje valió la pena sólo con haber podido alimentar a un elefante.

Como extra, les dejo algunos posts en inglés, que les pueden ayudar en su investigación sobre santuarios: Post de una hija de cuidadores de elefantes, otro sobre si apoyar santuarios «con cadenas». Y otro post en español de la FAADA sobre el turismo responsable en Tailandia.

Y como otro dato extra: odié Pattaya 😆. Quedé absolutamente shockeada con el nivel de prostitución. Sólo fui por los elefantes!


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